Por Eduardo
Ruette* / @eruette
La primera línea de defensa contra el virus son los médicos y enfermeros, en Venezuela es la línea más débil que hay, deben abrir paso a los epidemiólogos en las regiones
Aunque las pandemias son periódicas,
cuando aparecen destrozan a las sociedades. El Covid-2019 tomó al mundo de
sorpresa, sin líneas de defensa importantes en materia de epidemiología, de
hecho, con sistemas sanitarios en varios países que redujeron sus inversiones en
prevención. El caso de Venezuela es uno de los peores.
En Venezuela la crisis la gestionan
militares y políticos, dejando a un lado a los epidemiólogos, que sin recursos
por años, sin poder llevar a cabo proyectos de investigación, desarrollar,
programar y diseñar políticas de epidemiología, se convierte en una enorme debilidad
que amenaza a todos por igual.
Los brotes de sarampión y difteria en
años anteriores, pudieron ser sofocados en cierta forma, gracias a la
intervención de la ONU y la OMS con vacunación, como medida humanitaria, pero
con el Covid-2019, no hay vacuna.
El boletín epidemiológico que a diario se
da tiene serias deficiencias y poca claridad, además de que los voceros no son
médicos calificados, de paso se rotan los roles. Se debe nombrar a una
autoridad en esa materia, para que las cifras sean claras. Los epidemiólogos
son en estos momentos los funcionarios más idóneos para estar al frente de la
situación en cada región.
Dos modelos
También entra en esto la competencia de
las visiones. Por una parte se quiere implementar la Hidroxicloroquina con
Interferón, mientras por otra se ha estudiado los efectos positivos contra el
Covid-2019 de la Hidroxicloroquina con la Azitromicina.
Hasta ahora ya hay evidencia en unos 200
mil casos globales. El SARS-CoV-2 es un betacoronavirus. Existen dos cepas L y
S. La L predominó en Wuhan y la S es la que está fuera de China. Se incuba en
14 días. 81% de personas presentan la enfermedad de manera leve, 14% es severa,
5% es grave y la mortalidad es de 2,3%. La mortalidad varía en 0,7% en Corea
del Sur, a 8% en Italia.
Síntomas
Se presenta fiebre en 99% de los casos.
Fatiga en 70%. Tos seca en 59%. Anorexia en 40%. Mialgias en 35%. Disnea en
31%. Producción de esputo en 27%. Dolor de garganta y disfonía.
En laboratorio se consigue elevación de
leucocitos, linfopenia, LHD elevada, D-dimero alto, esto último es lo peor. En
imagenología se consigue opacidad en vidrio esmerilado en TAC de tórax,
compromiso de lóbulos inferiores, sino del halo, compromiso reticular,
broncograma aéreo, derrame pleural, compromiso bilateral.
Detección
La consulta permite saber los viajes
recientes de la persona, si hubo exposición con otros casos positivos,
determinar la fiebre, tos y dolor de garganta.
Las pruebas se hacen con PCR obtenido
mediante hisopado de mucosa nasofaríngea.
Según el caso, se procede al aislamiento
en casa u hospitalización.
Medicamentos
En fase de investigaciones
multicéntricas. El Remdesivir ya se ha usado en SARS. Se está suministrando
Hidroxicloroquina cada 8 horas, que ayuda a reducir la replicación viral, al
unirse con Azitromicina los resultados dan un beneficio adicional. Las muestras
han dado como resultado recuperación en seis días.
El Ibuprofeno no debe usarse. El
Lopinavir-Ritonavir que es usado en el VIH no dio beneficios. El Tocilizumab,
es indicado en la experiencia china para casos graves.
El desgaste
Como se puede ver si hay un enorme
trabajo médico en desarrollo. En muchos países todavía con muy poco apoyo. En
Venezuela, en medio de la diatriba y la disputa política. En unos países se
pone primero evitar el colapso económico, mientras en otros se sacrifica la
economía por la vida de ciudadanos.
En Venezuela, los militares y políticos
tienen que comprender que los médicos, hoy en unas graves circunstancias, son
la primera línea de defensa contra la amenaza del virus. El conocimiento médico
está actuando, la metodología para aplicar estrategias epidemiológicas existe,
se requiere que se abra ese espacio.
Los militares y políticos deben tomar en
cuenta que las restricciones sociales, sólo retrasan la velocidad de los
contagios, pero si no hay la acción médica, no habrá cura. La contención sólo
es cuestión de tiempo, porque las relaciones sociales se van deteriorando en la
medida en que la cuarentena se ve revirtiendo contra la capacidad de
resistencia del ciudadano.
La cuarentena puede funcionar en el
tiempo, por un tiempo, pero no todo el tiempo, porque como medida social,
política y militar, termina desgastándose. Deben oír a los epidemiólogos y
facilitarles hacerse cargo de los asuntos que políticos y militares no dominan.
(*)
Obstetra Ginecólogo / Director del Plan Salud de la GEM
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